Enga, me voy a quedar con la que dice "era tan desobediente como el viento de poniente", total, por estas cantidades ;).
La verdad que mirando pa fuera se le pasan a uno hasta las ganas de cantar, pero sí, por los cojones, mientras haya voz se canta y se sigue nadando, like a dory :)
Pasarse un día cojonudo to quisque y sacar fuerzas de donde las haya, que hay que hacer mundo ;)